La administración de Trump ha detenido $1.3 mil millones en fondos para el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, poniendo fin a la ayuda alimentaria de emergencia para millones de personas en países golpeados por crisis como Afganistán, Siria y Yemen. El Programa Mundial de Alimentos ha condenado la medida como una 'sentencia de muerte' para poblaciones vulnerables que ya enfrentan hambruna y conflicto. Los recortes son parte de un esfuerzo más amplio del Departamento de Estado para reducir el gasto en ayuda extranjera. Los defensores humanitarios advierten que la decisión empeorará el hambre y la inestabilidad global. La medida ha recibido duras críticas tanto de organizaciones internacionales como de funcionarios estadounidenses.
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