La cápsula espacial Boeing Starliner, que perdió la confianza de los funcionarios de la NASA para traer de regreso de manera segura a dos astronautas, comenzará su regreso desde la órbita sin tripulación el viernes y, si todo sale bien, aterrizará en paracaídas en Nuevo México temprano el sábado.
Pero incluso un aterrizaje exitoso será algo así como una victoria vacía. La última etapa de la misión pionera concluiría un vuelo de prueba que tensó las relaciones entre Boeing y la NASA y planteó dudas sobre cuándo el Starliner estará completamente operativo.
El regreso de la nave sin Wilmore y Williams representa una pérdida dolorosa para Boeing, que esperaba que el vuelo de prueba llevara a misiones operativas regulares para la nave espacial. Pero debido a que el Starliner experimentó problemas con los propulsores y fugas de helio mientras llevaba a la pareja a la estación espacial, la NASA consideró que el viaje completo de ida y vuelta con tripulación era demasiado arriesgado. Ahora Boeing tendrá que continuar realizando pruebas en tierra con el Starliner antes de que pueda ser completamente certificado para futuros vuelos tripulados, según funcionarios de la NASA.
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