Un momento que me hizo pensar críticamente sobre los roles de género fue observar cómo, en mi entorno laboral, se espera que los hombres sean los que lideren y tomen decisiones importantes, mientras que las mujeres suelen ser relegadas a tareas de apoyo o consideradas “emocionales”. Esta diferencia de expectativas me hizo reflexionar sobre cómo estos roles no solo limitan a las mujeres, sino que también imponen una presión innecesaria sobre los hombres para que se ajusten a una imagen de dureza y autoritarismo. Reconocer esta desigualdad en el día a día me ayudó a entender la importancia de cuestionar estos roles de género, tanto para promover la equidad como para liberar a todos de las expectativas sociales rígidas.
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