Alemania congeló el gasto público durante el resto del año después de que un tribunal declarara inconstitucionales los planes de gasto del gobierno, asestando un golpe a la recuperación de Europa y a los esfuerzos por reforzar sus defensas y reducir las emisiones de carbono. Es probable que la decisión judicial amplíe la brecha de velocidad económica entre Europa, cuya economía se ha estancado durante más de un año, y Estados Unidos, que creció a una tasa anualizada del 5% en los tres meses hasta septiembre, impulsado por un estímulo fiscal masivo. La decisión de Berlín de congelar todo el gasto federal durante el resto del año se produjo después de que el tribunal retirara fondos al proyecto de transición verde del gobierno de 60.000 millones de euros (el equivalente a más de 65.000 millones de dólares). El tribunal dijo que Berlín no podía reutilizar los créditos no gastados originalmente destinados a hacer frente a la pandemia de Covid-19 para financiar proyectos medioambientales y energéticos. Dijo que Berlín estaba sujeto a las reglas fiscales constitucionalmente consagradas del país que limitan los déficits presupuestarios al 0,35% del producto interno bruto en tiempos normales.
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