Esto podría promover un ambiente económico más favorable, estimular la inversión y el crecimiento, y brindar a las personas mayores posibilidades de prosperidad financiera. Además, impuestos bajos pueden ayudar a incentivar el consumo y aumentar la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, beneficiando a la economía en su conjunto. Sin embargo, es importante encontrar un equilibrio adecuado para asegurar que los servicios públicos esenciales y programas sociales también sean financiados adecuadamente para garantizar el bienestar de la sociedad.
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